Antes de que existiese Matrix y Gangs of New York (por si acaso lo digo) escribí un texto (incabado como casi todo lo que escribo) que se llama "Apocalípticos y otros seres"...cuando me pongo a escribir, empiezo con un concepto que desarrollo, pero acabo diluyéndome, y pierdo el interés por lo que escribo...así que tengo unos pocos capítulos que algo auguraban, pero ahí se quedó mi retrospectiva cyberpunk...como está echando telerañas digitales, aquí os publico el primer y segundo capítulos del mismo... si os gusta, publico el tercer capítulo, que es el último que acabé por escribir...
Los Apocalípticos y otros seres
“Cuando miras al abismo,
el abismo también te mira a ti”
Nietszche
Capítulo I: Despertar
¡Tanto odio...!
Ese día no tenía otra sensación interior. Se había levantado con el vacío de siempre. No esperaba otra cosa del día que empezaba. No obstante, se sentía bien. Puesto que ya era parte integrante de su ser. Era puro, un ser totalmente puro. Puro en su odio.
No tenía ganas de moverse. Todavía le molestaban los puntos de sutura en su cabeza. La traición de su hombre de confianza, su mano derecha en todo este negocio, le había afectado. Y aún así la sonrisa volvió a aparecer en su gesto. Una sonrisa sin afecto. Fría, sin alma. Un completo y absoluto vacío. El Patriota se había despertado. Y no tenía prisa, pues sabía lo que debía de hacer...
Capítulo II: Ciberética
Para un navegante de primera existen pocos motivos de tristeza. Son la elite de esta sociedad. Los navegantes proporcionan el medio de transporte a las transacciones mentales en la Vía Luminosa.
Este proyecto fue el más grandioso llevado a cabo en la segunda parte del siglo XXI. Se descubrió que era posible la transmisión a la velocidad de la luz de información electrónica.
Posteriormente un grupo de biotecnólogos descubrió que era factible duplicar el estado vibratorio de una mente humana, y que era viable trasladar esta vibración, perfecta, sin mácula, utilizando para ello el sistema de transferencia luminoso.
Eso supuso enviar mensajes directamente de un individuo a otro, sin necesidad de palabras, y sin necesidad de acciones. Información mental directa. Así empezó todo. Así empezó el verdadero mercado global. La Red de Mentes.
La explotación de tal tecnología tuvo lugar los siguientes cien años. Primero, se descubrieron los aspectos positivos. Se descubrió que la colaboración directa de las mentes más preclaras del planeta proporcionaba soluciones rápidas a problemas que llevaban decenios sin responderse. Se observo que la repetición de los patrones mentales de los más favorecidos intelectualmente, posibilitaban la mejora cognoscitiva de los menos favorecidos, tal y como hacían los humanos con sus cuerpos físicos en los gimnasios siglos atrás.
Se crearon nuevos tipos de perfiles sociales. Entre ellos, los navegantes. Los navegantes eran auténticos nodos de control de la Red de Mentes. Eran los encargados de dirigir el conocimiento hacia otros humanos, determinando en cada momento la capacidad cognoscitiva del receptor. Siempre evitaban el acumular demasiado conocimiento en un ciudadano, ya que podía provocar estrés psicológico en ellos.
Aunque, por otra parte, y por motivos de seguridad, también se evitaba acumular por el posible peligro de que toda esa información llegara a una mente peligrosa. Era lo que se conocía como “Terrorismo Mental”.
Estos fueron los aspectos positivos. Pero, como en todas las tecnologías humanas, también había un factor negativo. Este surgió tan temprano como el resto de los factores... el hombre no puede controlar sus impulsos, su instinto animal interno, sus pensamientos interiores, su deseo, su ira, sus desviaciones, sus secretos. Por desgracia, el mismo sistema que producía la distribución de la información, también desnudaba la mente de los humanos. No era posible esconder nada de la mente de la persona conectada.
Así surgió la Ciberética.
Cuando un humano se conectaba a la Red, era consciente de que cada pensamiento, voluntario o no, podía ser recuperado por cualquier receptor de la Red. Eso implicaba que no se podía esconder un secreto, una afición prohibida, un pensamiento impuro, un odio, una pasión, un amor, una vinculación, una atracción, cualquier cosa imaginable.
Por ello, empezaron a aparecer renegados. Los que no se conectaban a la red de mentes, eran considerados de poca confianza. No mostraban su interior. Si no hay corrupción, no hay nada de qué avergonzarse. Muchos se conectaban, pero eran juzgados impuros, y apartados de la sociedad. Una vez que veían el interior del individuo, eran rechazados como parias. Desapareció el concepto de personalidad.
Los no aptos eran detectados, y se les intentaba reprogramar para la Red en centros de exposición positiva. Una limpieza mental en toda regla.
Por otra parte, era posible inculcar cualquier pensamiento en aquellas mentes más sensibles a pensamientos externos. Eran los grupos de Débiles o Programables. Pronto se detectaron grupos de interés dentro de la Red de Mentes, de tal forma que la información que llegaba a uno de los clanes, era capturada y cedida finalmente a la mente principal del grupo. Este colectivo recibía los estímulos de la mente principal, como las abejas o las hormigas reciben igualmente el estímulo de la reina.
Tras una treintena de años, finalmente en el año 2118 sólo existían dos clanes. El clan de los Patriotas, y el clan de los Zelotas.
Ambos, totalmente radicales en sus pensamientos, pero igualmente destructivos en su pensamiento único, desconectaron la Red de Mentes, que quedó dividida en dos. Aquella tecnología acabó en desuso, ya que todos los individuos pensaban igual que la de la mente reina. Finalmente, no hacía falta la psicoluminosis.
A partir de entonces, comenzó la radicalización de ambos bandos. Y en pocos años, la guerra definitiva. Guerra que no respetaría tregua ninguna, hasta la total aniquilación...
Sólo quedó otro grupo de individuos. Aquellos que no fueron aptos para la red, y que surgieron en los últimos años de la Red Mental. Un grupo heterogéneo, cuyo único nexo era la visión del fin del mundo. Una visión que se extendió por la red en sus últimos años, y que les motivó a desaparecer, esconderse, no ser vistos. No tenían nombre, pero a efectos de este relato, les llamaremos Los Apocalípticos.
2 Comments:
terminaloooooo, esta interesante!
hola Paburo!!!!! :-) qué bueno que pasaste por aquí... gracias por los ánimos, el caso es que no sé si podré retomarlo, porque se quedó en dique seco...la idea del siguiente capítulo era ver la facción de los Apocalípticos...quizá ahora con mi viaje tenga tiempo de retomarlo... :-)
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